Patrimonio Cultural en Graus

viernes, 26 de febrero de 2016

Entrando en materia: El Santuario de la Virgen de la Peña

Originalmente comprendido dentro de la limitación del Conjunto Histórico Artístico de la declaración de 1975, al Santuario de la Virgen de la Peña le fue otorgada la subcategoría de Monumento Histórico, comprendida también dentro de la categoría de BIC, por sus características específicas que conllevan igualmente una protección jurídica acorde a éstas.

La Virgen de la Peña es, podríamos decir, prácticamente desde su construcción en el siglo XIII, el santo y seña de la localidad, para entendernos, la foto que todo visitante recuerda, la imagen que todo grausino evoca cuando se hace referencia al pueblo. Tiene, por tanto, una gran carga identitaria, tradicional, y, sobre todo, histórica y artística. Dadas estas condiciones resulta lógico su tratamiento patrimonial exclusivo en busca de la atenta tutela a esta singularidad.

Desde el punto de vista histórico, no son pocas las teorías, acertadas a mi parecer, que ubican el pequeño templo islámico, fruto de los más de doscientos años de estancia musulmana en la zona, en el solar que hoy ocupa parte de la propia iglesia actual. Es totalmente congruente pensar también que al abrigo de la gran masa pétrea se asentasen los primeros pobladores, quienes al paso del tiempo irían descendiendo por la ladera en dirección a la vega del río, aumentando el perímetro protegido del solar como todavía se puede observar en algún muro del santuario cuya potencia respondería indudablemente a fines defensivos aunque posteriormente fuera utilizado como elemento sustentante del edificio religioso.

En cualquier caso, no han sido pocos los acontecimientos históricos que han tenido al santuario como escenario, hechos que, por cierto, se encuentran bien documentados desde antiguo. No es momento de relatarlos aquí. Baste decir que, en lo que se refiere a lo propiamente artístico (y a la gestión de su patrimonio) nos encontramos con una magna obra arquitectónica que sigue estando viva, en continua evolución desde su edificación. El santuario es la suma del trabajo multisecular que los habitantes locales han realizado movidos por distintos motivos, un trabajo que, en cualquier caso, ha generado una amalgama de estilos que parten desde algunos elementos del gótico aragonés y se centran, fundamentalmente con su celebérrima arquería, en el renacimiento tardío, culminando en determinados testimonios barrocos. Todo ello, armonioso, le concede al conjunto una personalidad artística que, unida a las variadas funciones que ha desempeñado a lo largo del tiempo, hace que tanto su denominación como su catalogación no carezcan de cierta dificultad, aunándose actualmente en las figuras de santuario y monumento artístico respectivamente.

Precisamente, analizando el último decreto dispuesto al respecto de la categorización del Santuario, vemos cómo éste también ha pasado por distintas denominaciones desde que en 1975 se incluyera dentro de la declaración de Conjunto Histórico- Artístico de la Villa de Graus, como ya denotamos en la entrada anterior. En dicho decreto se dispuso, en primer lugar, que tras la entrada en vigor de la Ley 3/1999 de Patrimonio Cultural Aragonés, quedase igualada la categoría que ostentaba la Villa y el Santuario a la de BIC. En segundo lugar, que mediante la Orden de 11 de junio de 2002 y siguiendo el apartado segundo de la Disposición Transitoria Primera de la Ley del Patrimonio Cultural de Aragón, se completase la delimitación de dicho BIC para determinar los bienes muebles que contiene y el entorno de protección que debe establecerse. Dicha delimitación se llevó a cabo erróneamente ya que la parcela en la que se ubica el Santuario fue confundida con otra perteneciente al mismo polígono como puede observarse en el plano correspondiente del catastro municipal. Para enmendar esta situación se dictó este Decreto 161/2010 de 7 de septiembre de 2010 al que hacemos referencia en el que se aprovechó para cambiar la categoría de protección del Santuario de la Virgen de la Peña, mejor adscrita a la de Monumento específico dentro del Conjunto de Interés Cultural que ostenta en la actualidad, esto es, la de un Bien de Interés Cultural afectado por el mayor grado de protección jurídica sobre el patrimonio.




Obviamente, la potestad del Santuario recae sobre la Diócesis Barbastro- Monzón aunque éste se encuentra tutelado por la parroquia local de San Miguel Arcángel, también situada, por cierto, dentro del límite del Conjunto de Interés Cultural de Graus. Desde el punto de vista de su cuidado y promoción, desde hace varias décadas, la Asociación Cultural “Amigos de la Peña”, de naturaleza civil y laica, lleva a cabo una labor de gestión del Santuario que va desde la recolección de fondos para las posibles intervenciones sobre el mantenimiento estructural del edificio, a la organización de unas jornadas culturales durante todos los meses de agosto protagonizadas por conferencias que giran en torno a aspectos relacionados con el Santuario, Graus y Ribagorza, aunando pues las facetas de conservación, investigación y difusión del patrimonio. Sumado a ello, el Santuario alberga un espectacular Museo de Iconos organizado en torno a las salas que antaño hacían las veces de residencia para los monjes y clérigos confinados en el recinto, museo al que dedicaremos una de las próximas entradas.